
5 cosas que Christine Jaworsky aprendió sobre la violencia de género
En julio, Christine Jaworsky, Directora del programa Alza Tu Voz Contra la Violencia Doméstica de la Fundación Avon para la Mujer, viajó a Johannesburgo, Sudáfrica, y a Nueva Delhi, India, para lanzar los Institutos de Justicia sobre la Violencia de Género. Estas iniciativas, están dirigidas a proporcionar cursos interactivos de capacitación con el fin de ampliar los esfuerzos por proteger a las víctimas y crear un nuevo enfoque para abordar la violencia contra las mujeres.
Defensores y líderes clave de todo el mundo, incluyendo jueces, fiscales, agentes de policía, funcionarios gubernamentales y miembros de ONG, se reunieron para compartir ideas, discutir las mejores prácticas y proporcionar soluciones.
Tras iniciativas similares en Nepal, México y Brasil, esta serie más reciente surgió del trabajo continuo de la Asociación Global para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres, una iniciativa de la Asociación Global Vital Voices, la Fundación Avon para la Mujer y el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Aquí, Jaworsky comparte las observaciones más conmovedoras de su experiencia con “Belleza por un propósito”.
1. Erradicar la violencia de género es un esfuerzo global.
Según la Organización Mundial de la Salud, las normas culturales y sociales de varias sociedades pueden fomentar la violencia. Las leyes y políticas que hacen que la conducta violenta sea un delito, difunden el mensaje de que la violencia no es aceptable. Nuestras sesiones están destinadas a ayudar a dar forma a esas políticas. En este sentido, los casos que discutimos fueron específicos de cada cultura, brutalmente realistas y sirvieron para abordar problemas y actitudes culturales locales acerca de la agresión sexual.
2. Todos podemos abogar por un cambio.
Las normas sociales no cambian de un día para otro, pero todos pueden contribuir a nivel individual. Cuando sea seguro y apropiado, quienes sospechan u observan que se están cometiendo abusos, pueden y deben intervenir de forma segura. Recuerda las cuatro R: reconocer las señales del abuso, responder apropiadamente según el contexto, referir las víctimas a profesionales que puedan ayudarlas, y conseguir el respaldo de los recursos de la comunidad para que colaboren y les presten apoyo. Podemos hacer saber a quienes sufren en silencio (nuestras madres, hermanas, hijas, amigas, compañeras de trabajo) que las apoyamos y las respaldamos.
3. Desafortunadamente, la seguridad no siempre está garantizada.
Como neoyorkina y mujer independiente, personalmente me sorprendieron las limitaciones que sentí cuando se me aconsejó encarecidamente que no saliera sola del hotel donde se estaban celebrando nuestras sesiones, tanto en Nueva Delhi como en Johannesburgo. Ser incapaz de poder salir sola de manera segura me hizo sentir aún más fervientemente que cada persona, ya sea hombre o mujer, merece una vida libre de violencia y opresión.
4. Debería haber justicia para todos.
Otro aprendizaje importante viene de mi compañera, Sakina Mohamed, Directora ejecutiva en funciones de Personas que se Oponen al Abuso (POWA), una ONG de Sudáfrica que colabora con nosotros. Mohamed reflexionó sobre la importancia de que activistas y académicos trabajen en conjunto con los sistemas judiciales locales para defender a las víctimas. Ella indicó, “El mundo se formó empoderando a mujeres y niñas para que tomen su lugar en la sociedad sin temor, prejuicios ni discriminación. Fortalecer el sistema judicial sería ventajoso para todos. La violencia contra las mujeres y las niñas es una epidemia global que afecta la salud y la estabilidad social y económica de las mujeres, sus familias, sus comunidades y países”.
5. Esto no es una lucha individual.
A nivel corporativo, las compañías están colaborando para que se produzca un cambio. Avon es uno de los principales ejemplos de cómo unos cuantos patrocinadores corporativos usan el poder de su alcance y reputación para continuar ayudando a empoderar a mujeres de todo el mundo. Por medio de su programa Alza tu Voz contra la Violencia Doméstica, Avon ha donado casi $60 millones para promover programas de concienciación, educación y prevención de la violencia doméstica que están destinados a reducir la violencia doméstica y de género.